Dimensión
empresarial y características básicas de las cooperativas de
iniciativa social.
Una de las principales características del sector de iniciativa social es la de su juventud. Se trata de empresas muy recientes como corresponde a un sector en crecimiento. Si la media de antigüedad de las cooperativas de trabajo asociado es de 11 años, en el caso de las cooperativas de iniciativa social en concreto esa edad media es de tan sólo 8 años. Las cooperativas de iniciativa social creadas de 1990 en adelante son el 70% del total, rondando el 40% las creadas después de 1995. En general todo el sector servicios, en fuerte expansión en la economía nacional y también en el cooperativismo, muestra un fuerte dinamismo, concentrando el grueso de las nuevas iniciativas empresariales.
La facturación media de las cooperativas de iniciativa social en 1998 ha sido de 155 millones. Y en 1999 ha alcanzado los 176 millones. Si consideramos los datos disponibles de estudios previos sobre el sector, referidos a 1997, podemos trazar la evolución de la facturación media del sector, tal como se muestra en el cuadro siguiente:

El 65% de las cooperativas han aumentado su facturación entre 1998 y 1999. El incremento global de la facturación de las cooperativas del sector alcanza, entre ambos años, el 34%, lo que revela un rápido proceso de crecimiento del número de cooperativas y del tamaño de las jóvenes cooperativas de iniciativa social. En total las cooperativas de iniciativa social han pasado de facturar unos 103.000 millones anuales en 1998 a facturar más de 145.000 millones en 1999.
Se trata, no obstante, de un sector en el que los distintos subsectores (ayuda a domicilio, atención residencial, animación sociocultural, servicios sociales..) presentan tamaños medios muy divergentes dependiendo de la naturaleza de la actividad y del tamaño crítico que ésta exige. Así, la distribución de la facturación por tramos muestra una gran variedad de tamaños empresariales en el sector. El 65% de las cooperativas tienen su facturación entre los 20 y los 250 millones; se trata por tanto de PYMEs. Por encima de los 250 millones de facturación hay un 9% de cooperativas; y por debajo de 20 millones encontramos un buen número de microempresas cooperativas, el 17% del total.

Las cooperativas de iniciativa social han facturado por cada trabajador una media de 3.200.000 pesetas en 1999. El coste principal de estas cooperativas es el factor trabajo. Los costes salariales totales de las cooperativas de iniciativa social ascienden a unos 95.000 millones de pesetas. Los costes salariales6
alcanzan así el 65% del total de la facturación de las cooperativas del sector. Se trata, por tanto, de empresas fuertemente creadoras de empleo y con un nivel de inversión en capital fijo relativamente baja.
Esto se constata a la hora de analizar la inversión inicial para emprender la actividad que sólo supera los dos millones de pesetas en el 34% de los casos, e incluso menor de 500.000 pesetas en el 37%. Esto, por un lado, facilita el acceso al sector de nuevas empresas y, por tanto la creación de empleo, pero por otro, con el propio desarrollo sectorial se están incrementando las exigencias de capital para poner en marcha iniciativas competitivas en, al menos, algunos de los subsectores (claramente en atención no domiciliaria) y, especialmente, en las zonas urbanas donde hay una mayor competencia.
La inversión inicial se financia con fondos personales en el 80% de los casos. Otras alternativas de financiación, como son los créditos solicitados por la cooperativa, fueron usadas por el 25% de las cooperativas. Los créditos contraídos por los socios fueron utilizados por el 12% de las cooperativas, y hasta el 33% contaron con subvenciones iniciales.
Las cooperativas de iniciativa social son en su mayor parte PYMEs, y no sólo por su facturación. El número medio de trabajadores en estas cooperativas es de 55, aunque existe un abanico bastante grande de tamaños empresariales: la mayoría de las cooperativas de iniciativa social tienen menos de 25 trabajadores, y las que superan los 100 empleados no llegan a una décima parte del total.
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Los servicios de bienestar social pueden ser financiados por el estado, por particulares o por otras entidades (mutuas, aseguradoras..). Pero, en lo que respecta a las cooperativas de iniciativa social, hay que destacar que la mayor parte de su negocio proviene de la gestión de servicios públicos. Hasta el 75% de la facturación global de las cooperativas de iniciativa social se realiza con la administración u organismos dependientes de la misma, y el 57% realizan más del 75% de su facturación con estas entidades públicas. En total, el volumen de los contratos con las administraciones públicas de las cooperativas de iniciativa social alcanza los 109.000 millones de pesetas.
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El mercado en el que trabajan la mayoría
de las cooperativas de iniciativa social es un mercado local (el 44% de
las cooperativas). Para un número casi igual de cooperativas ese
mercado se extiende a toda la comunidad autónoma (el 39% de las
cooperativas). Y el 9% trabajan ya, en todo el territorio del estado.
Estos resultados se explican por dos factores: por un lado muchas
cooperativas de iniciativa social tienen un arraigo local muy fuerte, ya
que están estrechamente entrelazadas en el tejido social de su ciudad o
municipio. Por otro lado, cuando estas cooperativas consolidan su
actividad, tienden a ampliar su mercado a otras localidades de la misma
comunidad autónoma, lo que viene facilitado por trabajar, en muchos
casos, para la misma administración autonómica. El salto al mercado
nacional es más complejo y sólo las cooperativas bien asentadas y con
experiencia se atreven, por ahora, a hacerlo.
El 44% de las cooperativas señalan como principales competidores a las
empresas privadas, sobre todo las grandes empresas, nuevas en el sector
(identificadas por el 46% de las cooperativas7
), y a las asociaciones,
fundaciones y ONGs (citadas por el 48%). En menor medida se identifican
como competidores a la economía sumergida (citada por el 33% de las
cooperativas), a entidades y empresas públicas (29%) y a otras
cooperativas (25%).
Finalmente es destacable que las cooperativas de iniciativa social
participan activamente en proyectos de cooperación empresarial. Hasta
el 40% de las cooperativas han participado en algún tipo de proyecto de
colaboración con otras cooperativas. El 17% lo han hecho con otras
empresas o entidades, y el 10% con otras cooperativas y empresas,
indistintamente. Sólo el 33% no había realizado colaboración
empresarial alguna. Esto supone un potencial de modernización y de
desarrollo sectorial muy valioso. La fuerte tradición cooperativa,
propia de este modelo empresarial, facilita la extensión de las mejores
prácticas empresariales a la vez que contribuye a la normalización y
reglamentación del sector.
6Sin incluir gastos de Seguridad Social. Referidos tanto a socios trabajadores como trabajadores asalariados.
7El dato lo ofrece
el estudio realizado por COCETA en 1999 “Las cooperativas de
iniciativa social: una oportunidad para la creación de empleo
socialmente útil”
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