Sin Fronteras |
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¿Significa esto que las mujeres afganas antes del régimen talibán participaban en las decisiones de esas asambleas de la comunidad? Rotundamente NO
Mientras duró el gobierno Títere de Najibullah instalado por Moscú, las mujeres disfrutaron, con la influencia comunista, de unos años de libertad
Antes de la llegada de los Talibán al poder, se registraban un 60% de mujeres profesoras de universidades
A nadie sorprenderá el altísimo índice de suicidios que se está registrando entre las mujeres afganas
es de la opresión insoportable de países como Palestina o Afganistán, de la desesperación de millones de refugiad@s desatendidos, del subdesarrollo, de las tiranías, de donde se nutren el fanatismo
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AFGANISTÁN: ENTRE EL BURKA, LA GUERRA Y El TERROR Carmen Urrutia Pérez La autora realiza un recorrido por la convulsa historia reciente de Afganistán, marcada por los intereses geopolíticos de las superpotencias, insistiendo en que la situación de marginación y terror en la que viven las mujeres afganas no es producto de los últimos acontecimientos marcados por el atentado de 11 de septiembre y por la guerra. A pesar de que ahora se visibilizan y difunden las violaciones a los derechos humanos cometidas contra las mujeres por el régimen talibán, esta situación existe desde hace muchos años mientras la comunidad internacional miraba para otro lado. La negociación para la paz puede ser una oportunidad para acabar con un régimen de terror si en la negociación están presentes las mujeres. No es fácil entender la tragedia humanitaria que vive el pueblo de Afganistán, y muy especialmente sus mujeres. Podemos hacernos una idea bastante aproximada analizando algunos aspectos fundamentales: 1.- La historia de Afganistán 2.- El interés de las potencias internacionales por la situación geográfico estratégica que tiene este país, clave en la ruta comercial para la exportación de riquezas de las Repúblicas ex-soviéticas entre Asia y Europa, (sobre todo el gas de Turkmenistán Uzbekistán), Es lo que Ahmed Rashid ha llamado el nuevo "Gran Juego” de las grandes potencias por la construcción del oleoducto hasta el puerto de Karachi ya en Pakistán. El control y la estabilidad de Afganistán resultan esenciales para controlar el criterio de caminos para el comercio y transporte de hidrocarburos, y en los conflictos y las guerras que sufre este país subyacen estos intereses económicos. 3.- La reacción extremista ante las injerencias extranjeras de los grupos islámicos organizados en el interior del país La polarización de la sociedad y el fanatismo religioso. 4 - La expulsión de la Unión Soviética y la llegada de los mujahidiins al poder (92-96) 5.- La llegada de los Taliban al poder. 6 - El atentando terrorista del 11 de Septiembre en EE.UU. Afganistán antes de la invasión soviética El Islam siempre ha tenido una importancia fundamental para l@s afgan@s corrientes. Pero podemos afirmar que tradicionalmente el Islam fue muy tolerante en Afganistán hacia otras tradiciones musulmanas y otras religiones. Por ejemplo, el sufismo que es la tendencia mística del Islam originada en Asia Central y Persia, obtuvo una gran popularidad en territorio afgano. Los sufíes basaban su fe en la oración, la contemplación, las danzas, la música y las sesiones de agitación física o de giros vertiginosos, en una búsqueda permanente de la verdad. No se tiene noticia de que los mulás afganos hayan impuesto el Islam a la gente, y sólo en fecha muy reciente el sectarismo y la imposición se han convertido en un problema político. Durante siglos en Afganistán se ha practicado la conveniencia del mínimo gobierno centralizado. Las decisiones cotidianas las adoptaban en asamblea la tribu y la comunidad. La interferencia estatal era mínima, en un país claramente multiétnico y la convivencia era pacífica. ("Los Taliban",- Ahmed Rashid). Hoy que tanto se habla del conflicto multiétnico en Afganistán, y las dificultades para ponerse de acuerdo a la hora de formar un nuevo gobierno, es muy importante saber que todas las etnias tienen sentimiento de nacionalidad afgana. L@s afgan@s tayik@s, no se sienten de Tayikistán, ni l@s que viven en Uzbekistán se sienten de allí, sino que todos se sienten afgan@s. Por otra parte, la religión musulmana ejerce entre ell@s otro sentimiento de unidad. El problema es el reparto del pastel, la cuota de poder que cada etnia requiere en el futuro gobierno. ¿Significa esto que las mujeres afganas antes del régimen talibán participaban en las decisiones de esas asambleas de la comunidad? Rotundamente NO. Como factor de control de las mujeres, las costumbres son tan poderosas como la propia ley. Afganistán es un ejemplo claro de política de identidad relacionada con lo étnico, donde además, las líneas distintivas de lo étnico se han mezclado con las costumbres y tradiciones religiosas, dando como resultado un control patriarcal sobre las mujeres, que se fundamenta en referencias que políticamente interesan a la religión musulmana. Interpretaciones que, con matices dependiendo de las zonas geográficas, van a tener un denominador común en todo el mundo musulmán: la exclusión de las mujeres de la vida pública. Se considera natural que las mujeres se cubran con el velo (hidshab en árabe, que se traduce literalmente como "cortina"), el shador o el burka. La obligatoriedad del uso de estas prendas, es un hecho intrínsecamente relacionado con la política. Está claro que no me estoy refiriendo al uso del velo como una opción libre de cada mujer, como entre las mujeres occidentales podemos elegir entre zapatos planos o zapatos de tacón (que por cierto, tanto perjudican la espalda), sino al resultado de su uso como imposición o presión de la cultura, y por tanto de la política, o de su marido. Podemos afirmar que el burka es todo un símbolo de opresión de las mujeres. Intentos de modernización del país desde la monarquía Durante siglos las mujeres afganas han vivido mudas y sumisas. En los años 20 el rey Amanullah intentó dar los primeros pasos hacia la modernización de Afganistán. En un Loya Jirga, o asamblea tribal, el habló en contra de la subyugación de las mujeres y pidió a su mujer (la reina) que se quitara su velo delante de la asamblea congregada. Su intento de liberalización le costó el trono. Pasarían otros 30 años antes de que las influencias exteriores empezaran a penetrar en la sociedad cerrada de Afganistán. Algunas mujeres valientes empezaron a quitarse sus velos, pero se arriesgaron a ser vitrioladas (ácido tirado a sus caras) por los fanáticos religiosos. En aquel momento, las mujeres al menos tenían la ventaja de la educación; durante los siguientes 20 años muchas se formaron para ser médicas, profesoras e ingenieras. Antes de la llegada de los Talibán el 40% de los/ as médicos/ as y 60% del profesorado eran mujeres. Bajo el reino de Zahir Shah, las mujeres tenían una voz significativa en asuntos afganos. Participaron en un comité para redactar la constitución de 1964 que garantizó igualdad para los hombres y mujeres bajo la ley. En 1973 el rey se exilia a Italia como resultado de un golpe de estado. Año 1977: Se constituye RAWA RAWA Asociación de Mujeres Revolucionarias Afganas, fue fundada en 1977 por Meena, y participó activamente en el movimiento de resistencia antisoviética que emprendió el conjunto de la población de Afganistán. Tras el derrocamiento del régimen títere en 1992 y el catastrófico dominio de los fundamentalistas en Afganistán, RAWA redobló sus actividades políticas, culturales, educativas, sanitarias y en el ámbito de los derechos humanos para tratar de lograr su principal objetivo: la democracia y los derechos de las mujeres. Meena fue asesinada por un complot de soviéticos e islamistas en 1987. Pero su proyecto continua imparable impulsado por otras mujeres afganas, cultas y comprometidas. (Fuente: RAWA. www.rawa.org ). La invasión soviética (1979-1989) Los rusos, interesados en la situación geoestratégica de la zona, invaden Afganistán el 24 de diciembre de 1979. La población se levanta contra el invasor y contra el ejército pro-soviético. Surgen los muyahedín (guerreros de la fe). Afganistán se convierte en el Vietnam ruso. Mihail Gorvachov ordena la retirada de sus tropas. Ha transcurrido más de una década de guerra de resistencia. Lo que viene a continuación es lo menos parecido a la liberación de un pueblo. Mientras duró el gobierno títere de Najibullah instalado por Moscú, las mujeres disfrutaron, con la influencia comunista, de unos años de libertad antes de ser sumergidas de nuevo en un mundo medieval de fundamentalistas. Los muyahedín (1992-1996) En 1992 los muyahedín toman Kabul. Del 92 al 96 Afganistán vive un régimen de terror sin precedentes, se ha instalado el integrismo islámico el saqueo y ocupación de las casas, las violaciones a mujeres, los secuestros, las peores masacres, las protagonizan estos "señores de la guerra” pertenecientes a diferentes clanes, que están enzarzados en una guerra civil por la conquista y el reparto del poder, Cada grupo es mas corrupto y criminal que el anterior. El caos se apodera de Afganistán, y la crueldad domina la vida cotidiana de la población civil. Se estiman en más de 50.000 las víctimas civiles, muchas de ellas mujeres, en estos cuatro años. Los pistoleros comenzaron a gobernar en "nombre de los valores supremos del Islam". Los talibán: el terror integrista impuesto a sangre y fuego Para reconducir la situación de Afganistán, se crea un grupo armado diferente, capaz de ganar la guerra. Nacen los talibán, estudiantes de escuelas coránicas de Pakistán (madrazas), financiadas por Arabia Saudí y EE.UU.. Armados hasta los dientes, han sido educados en violencia y en una interpretación del Corán destinada a someter, acallar, y reprimir por la fuerza cualquier gesto de expresión democrática. Los estudiantes de esas madrazas son huérfanos de guerra, campesinos pobres, analfabetos ... y no son sólo afganos, hay pakistaníes, chechenios, saudíes ... todos fanáticos religiosos. En Septiembre del 96 toman Kabul, y llegan a controlar el 95% del territorio afgano. En el otro 5% resiste la Alianza del Norte, liderada por el comandante Massud (asesinado en atentado a primeros de septiembre del 2001 ), también de formación islámica extremista, que agrupa a los muyahedín antes enfrentados, y ahora todos unidos frente a los Talibán. El régimen talibán pone en funcionamiento una estructura estatal compuesta por: -El Ministerio para la Promoción de la Virtud y el Vicio (el mismo que ordenó dinamitar los budas pre-islámicos) -El Departamento para la Observancia de la Vía islámica Correcta y la Prevención del Mal (o policía religiosa). Estos se encargan de patrullar por las calles, entran libremente en las casas, y son los encargados aplicar castigos, torturas y ejecuciones sin juicio previo. Ni la sanidad, ni la educación, ni las obras públicas, elementos básicos para el desarrollo de un país tienen estructura administrativa, presupuesto ni dirección. Todos los recursos de que dispone este gobierno, se destinan a la guerra y a mantener a los talibanes en el poder por la fuerza, lo que supone comprar armas y más armas. El opio es la base de la economía talibán, y el tráfico de armas a cambio de opio es un negocio probado. Se instala un régimen de terror, que vulnera los derechos humanos más básicos, y que lleva al país a la pobreza mas extrema. Afganistán es hoy una especie de "laboratorio islámico puro", impuesto a sangre y fuego. Antes de la llegada de los Talibán al poder, se registraban un 60% de mujeres profesoras de universidades, un 70% de maestras de educación básica, un 50% eran funcionarias y un 40% doctoras de hospitales. Con este Gobierno tienen que cumplir la Ley talibán, sopena de ser lapidadas, emparedadas, mutiladas y asesinadas por motivos tan simples como mostrar, aunque sea accidentalmente un tobillo. Tienen prohibido salir sin cubrirse, incluso los ojos, con el burka y sin ser acompañadas por un hombre de su familia trabajar, estudiar o leer, ser atendidas sanitariamente por personal masculino, reír en alto, asistir a bodas o reuniones, asomarse a la ventana, escuchar radio o ver televisión, cantar, llevar zapatos que hagan ruido, y dentro de su casa han de tener los cristales de las ventanas pintados para no ser vistas desde fuera. Las han obligado a vivir enterradas en vida. A nadie sorprenderá el altísimo índice de suicidios que se está registrando entre las mujeres afganas. Mucho más entre las viudas, un número muy elevado como resultado de la guerra, que no pueden trabajar para ganarse la vida . ........ y que a menudo no tienen un hombre que las acompañe. La tragedia humanitaria de refugiados y desplazados Ante tantos males, Afganistán tenía antes del 11 de Septiembre más de 4 millones de población refugiada fuera de sus fronteras, (Pakistán e Irán fundamentalmente), y más de un millón de población desplazada interna, que huye de la guerra, la miseria y el hambre. Los campos de refugio son los peor atendidos de todo el mundo, así lo reconoce el ACNUR. Detrás del drama afgano, continua la partida de ajedrez de las grandes potencias. Los talibanes contaban con el apoyo de Pakistán y otras potencias pro-norteamericanas. La Alianza del Norte con la ayuda de Rusia. Ninguno de los dos bandos pueden ser la alternativa en este país. Los que realmente luchan por la independencia nacional, por el restablecimiento de los derechos humanos, de los valores democráticos, por la dignidad de las mujeres, han sido y siguen siendo expulsados/ as del escenario. Están en el exilio, pero siguen siendo activistas y reclaman incesantemente la ayuda internacional. Bien mirado, después de tanta tragedia, el burka y el terror tienen mucho en común: son dos reflejos de la mutilación de la libertad de expresión, de la falta de respeto a los derechos humanos más elementales, para asegurar la permanencia en el poder de los tiranos. Son ambos reflejo del freno a cualquier proceso de desarrollo democrático. Sólo que el burka atañe a las mujeres, y el terrorismo suele ser cosa de hombres. Año 1999: Fundación de HAWCA La Asociación de Ayuda Humanitaria para Mujeres y Niñ@s de Afganistán, nace en 1999 en los campos de refugiados de Peshawar, fundada por Orezala Ashraf Su principal objetivo lo centran en el campo de la educación, la asistencia sanitaria, y la ayuda humanitaria y de emergencia en los campos de población refugiada. (www.hawca.org) 11 de Septiembre: Atentado terrorista y reacción de EE.UU. y sus aliados El terrorismo ha presentado su cara más perversa de organización internacional que amenaza al mundo entero. Hoy mas que nunca hay que preguntarse cómo y por qué hemos llegado a esta situación de tanto odio, dolor y extrema violencia. La intolerable violencia del atentado terrorista de 11 de Septiembre en EE.UU. ha tenido la peor de las respuestas posibles de los gobiernos occidentales. La guerra sólo añade barbarie a la barbarie del terrorismo. Se ha dicho reiteradamente desde EE.UU. y sus aliados que esta intervención militar no lo es contra el pueblo afgano ni contra el mundo árabe e islámico en general. La mejor manera de respaldar estas declaraciones es que los EE.UU. y sus aliados impongan a Israel las resoluciones de la ONU que establecen desde hace mas de 50 años el derecho del pueblo palestino a una tierra y a un estado propio. El actual orden internacional es profundamente injusto. Esta crisis ha puesto en evidencia que para nuestra seguridad hay que cambiar este orden de cosas. Porque es de la opresión insoportable de países como Palestina o Afganistán, de la desesperación de millones de refugiad@s desatendidos, del subdesarrollo, de las tiranías, de donde se nutren el fanatismo y el terrorismo árabes. Acabar con estas lacras resulta imprescindible para acabar con el odio, la muerte y las víctimas, que corren siempre a cargo de los mismos: las poblaciones inocentes. La alternativa al régimen talibán como resultado de la guerra Occidente ha preferido la fuerza de las armas a los mecanismos de la justicia, emprendiendo en Afganistán una guerra, como todas, inútil. Tras varias semanas de bombardeos parece claro que el ejército se demuestra incapaz de detener a los culpables. Hoy nos están proponiendo como resultado de la guerra una alternativa al régimen talibán, utilizando la figura del rey como símbolo temporal de conciliación. En este sentido, el protectorado de la ONU es imprescindible en el nuevo gobierno, pues los compañeros de viaje del rey son muy peligrosos. Los Talibán y la Alianza del Norte son las dos caras de la misma moneda, son los mismos que cometieron las masacres en su propio suelo, contra su población civil, y muy especialmente contra sus mujeres, tan inocentes como las personas que encontraron la muerte en las atrocidades del 11 de Septiembre. Por una parte, se ha hablado de incluir en el futuro gobierno a los Talibán “moderados", y por otra, los señores de la guerra de la Alianza del Norte ya anuncian que no admitirán la presencia del Rey. Cabe preguntarse cuántos Ben Laden podemos encontrar entre las diferentes etnias con las que se pretende formar gobierno. Hoy más que nunca es imprescindible que las organizaciones de mujeres afganas estén representadas en cualquier mesa de negociación para la consecución de la paz y la salida política al conflicto. Ellas, que han recorrido el mundo pidiendo ayuda para organizar la supervivencia material en condiciones extremas, la alfabetización clandestina, la protección de la salud de sus mujeres, la recuperación de los derechos humanos y la dignidad de su pueblo. Sin ellas será difícil no reproducir el tribalismo patriarcal, la militarización, el integrismo y la destrucción de la economía y la sociedad civil. La ONU debe tener esto muy en cuenta, si realmente se pretende establecer la democracia en el suroeste de Asia. El proceso democrático sólo será posible si se acompaña de un desarrollo económico sostenible y que revierta equitativamente en la población civil afgana. De lo contrario, se volverá al conflicto multiétnico y a los ataques a Occidente, cuenten o no con Ben Laden. ¿Cómo se atreven a hablar de un gobierno de base amplia, con todas las etnias representadas, sin contar con las mujeres?. Ellas son mas del 50% de la población en cada etnia, y además han demostrado ser capaces de mantenerse organizadas en condiciones imposibles. Son seres humanos igual que los hombres, no son menos. Es hora de que las mujeres afganas vivan de nuevo.
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