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Pues claro que permito a mi amante
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Mujeres escritoras del mundo islámico M. Syad “Escribir […] es recuperar lo que es nuestro, nuestra vida, nuestro cerebro, nuestra dignidad” Las mujeres, lamentablemente, han sido (re)presentadas como de segunda clase con respecto a los hombres. Las mujeres de todo el mundo han estado y todavía están dominadas, reprimidas y controladas por instituciones patriarcales. En el campo de la literatura, que estaba casi exclusivamente dominado por los hombres, si alguna vez la mujer tuvo un papel era un papel decorativo, como fuente de inspiración más que como fuente de creación. La literatura era cosa de hombres en la que las mujeres eran consideradas como meros objetos decorativos. Sin embargo, con la extensión de la formación, al final del siglo XIX, las mujeres empezaron a recobrar su capacidad para escribir y a recuperar su derecho y su posición como seres humanos iguales, y con frecuencia superiores a los hombres. Muchas mujeres desde entonces han florecido como poetisas, escritoras y creadoras de primera clase. Sus voces apasionadas y profundas han estallado siglos de silencio impuesto. En el mundo árabe, la representación de las mujeres en la literatura ayuda enormemente a medir su estatus y su papel en la sociedad. Pero para algunos/as la literatura y el mundo real son dos planos opuestos, de modo que la ficción y el arte no revelan necesariamente nada acerca de las condiciones reales de las mujeres en su sociedad. Ahora bien, la literatura siempre puede servir para analizar y medir de modo bastante razonable, y a su vez entender, la vida; y de este modo empezar a allanar el camino del cambio. Las mujeres en el mundo árabe han sido rechazadas y han estado ausentes del campo literario durante años simplemente porque sus escritos y perspectivas eran diferentes a los de los hombres, los cuales establecían – y todavía lo hacen- el canon. Es más, su presencia en la historia de la literatura había sido intencionadamente borrada en base a actitudes misóginas por parte de los estudiosos de la historia de la literatura, que también eran predominantemente hombres. Pero cualquier consideración justa debe reconocer la profundidad, riqueza, habilidad y variedad en la creación a lo largo de la historia. Y ha sido sólo recientemente cuando las mujeres árabes han recibido merecido reconocimiento en el campo de la creación literaria. Una de las figuras más prominentes es la poetisa del siglo VII Al-Khansa, conocida por su extraordinaria elocuencia poética y su atrevida osadía, es un buen ejemplo. El ‘lamento por su hermano’es una de las elegías más grandiosas en lengua árabe. Walladah bint al-Mustakfi, ardiente y entusiasta de la poesía e hija del califa de Córdoba, es famosa por su manera libre que incluso resulta vanguardista para el estándar de hoy en día en muchas sociedades y que sirve de modelo para estudiar la posición de la mujer en la España árabe del siglo XI. Su comportamiento ‘libertino’ es acentuado en estos versos
Ya en el siglo XX la poetisa y crítica iraquí Nazik al-Malaika llama la atención sobre la posición tan reprimida que sufren sus hermanas y el atroz desarme de poder forzado sobre ellas. Su poema más conmovedor ‘Mujer insignificante’, habla de las mujeres como los seres humanos más castigados a manos del hombre y por un universo indiferente. Ningún ojo siguió su féretro Contemporáneos de Nazik al-Malaika, particularmente en los treinta, académicos y artistas defienden los derechos de la mujer y su emancipación. Los escritos de Ma'ruf al-Rusafi, Ahmad Shawqui, y Hafiz Ibrahim ofrecen opiniones que desafían y critican al reaccionario clero. Sus creencias arcaicas y tradicionales fueron cuestionadas por estos pensadores liberales, probando que era necesario moverse con los nuevos tiempos. Recurrir a la ética islámica interpretando el Corán de manera distorsionada no era sino una estrategia para mantener a las mujeres sometidas a las necesidades egoístas de los hombres. Fadwa Tuqan, poetisa palestina, comparte este mismo deseo de liberación y en su poesía condena las restricciones endémicas impuestas a las mujeres en el mundo árabe.
De este mismo modo la literatura contemporánea de las mujeres árabes retrata mujeres en busca de su verdadera identidad y destino en un mundo dominado por los hombres. Las representa luchando para asegurar su personalidad e individualidad como seres humanos, que pueden vivir sin la ‘onmipresencia’ de los hombres. La novelista palestina Liana Badr, Un balcón sobre Fakihani, ataca todo tipo de machismo: Yo no soy su mujer. No soy la mujer de nadie. Siempre había supuesto que Jalal era lo que parecía ser, que podía realmente tocar mi interior, que podía verlo de una forma asexuada y comunicarse con él. Pero para él soy simplemente una mujer – y él es un hombre. Yo - Nadia al-Fagih- a mí nadie podrá conocerme ni poseerme. Desde este momento yo soy mi dueña. Van a ver otra cara, totalmente desconocida para ellos. Pero incluso a pesar de la opresión recibida, durante los momentos críticos las mujeres siempre han estado ahí contribuyendo de manera tácita pero vital al desarrollo de su entorno. En realidad nunca han vivido en la periferia social ni política. La historiadora argelina Assia Djebar presenta a las mujeres como luchadoras por la libertad contra el colonialismo francés. La literatura actual – ‘subversiva’ - de las mujeres árabes mueve los muros de las instituciones y sistemas, revela la fuerza y la confianza que tienen las mujeres y desmantela los arraigados conceptos sobre la debilidad de la mujer. Su literatura, caracterizada principalmente por la búsqueda de una identidad propia, intenta comprender la realidad y redefinir el significado de sus vidas fuera de los modelos impuestos por los hombres. Y a partir de aquí emerge una mujer ‘nueva’ y positiva que ‘deconstruye’ todos los clichés sobre las mujeres. Y a la vez que reivindican en sus escritos su lugar en el mundo reivindican también un nuevo mundo para los dos: mujeres y hombres.
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