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Nuestra cooperativa nace como tal en el año 1988, constituída como compañía profesional de teatro. Éramos cinco las personas fundadoras, dos mujeres y tres varones. Anteriormente ya habíamos trabajado conjuntamente en otros grupos de teatro, empezábamos a conocer el oficio teatral y decidimos crear nuestra propia compañía, ya de carácter profesional, con una dedicación completa y con el fin de crear estabilidad laboral para cada uno/a de nosotros/as. A la vez, buscábamos constituirnos como grupo estable de trabajo, con una dinámica propia e intrínseca, que nos parecía básica para llevar a cabo nuestro proyecto artístico. Además, también teníamos experiencia en el campo de la educación – algunos/as de nosotros/as habíamos estudiado magisterio o pedagogía – y en el contexto de la enseñanza teatral y del teatro infantil. Desde 1984 ya trabajábamos como autónomos/as llevando a cabo la actividad “Facem teatre” (hagamos teatro) organizado por el Ayuntamiento de Palma y que suponía la realización de clases de teatro en las escuelas públicas de la ciudad durante el curso escolar. En el año 1988 teníamos un gran volumen de trabajo generado, tanto en clases como en montajes y actuaciones. Debido a ello, y coincidiendo con el concurso público que realizaba el Ayuntamiento de Palma para la contratación de servicios, constituímos nuestra sociedad cooperativa. No fue fácil, y a pesar de lo singular de nuestra comunidad autónoma, lo conseguimos el 29 de febrero de 1988, con el asesoramiento de la Unión de Cooperativas baleares. Paralelamente, ganamos el concurso municipal ya mencionado. Desde entonces y durante los siguientes siete, generamos un notable incremento de la actividad, llegando aproximadamente a 700 unidades y a 17.000 niños/as. Obviamente, este contrato supuso un fuerte empuje para la consolidación de nuestra compañía, que había conseguido crear trabajo estable para sus socios/as y, sobre todo, invertir en la producción de nuevos montajes teatrales y posibilitarnos nuevos proyectos. El mercado teatral no es fácil, sobre todo en nuestra comunidad. Las infraestructuras, es decir, los locales, eran insuficientes. En Palma existía un teatro público y un teatro privado, con un aforo de 800 y 2.500 localidades. En los pueblos de la isla, los teatros se encontraban en estado de semiruina. Hacíamos giras por esos teatros y hacíamos teatro en la calle. Realmente, necesitábamos un espacio para que nuestra actividad pudiese conseguir un público regular. Y entonces encontramos un local singular en el casco antiguo de la ciudad: un espacio magnífico que había sido durante este siglo el casino republicano, centro de obreros católicos, local de ensayos y representación de teatro y zarzuela en los años 30. A finales de los 80 estaba cerrado y en estado de absoluta decadencia. Pudimos alquilarlo y empezamos a adecuarlo como espacio de exhibición, donde la compañía podía representar sus obras en público. Años después el Teatro SANS se ha consolidado como importante centro teatral de la ciudad. Es un local con una capacidad para 80 o 90 espectadores/as, salas de ensayo, talleres de escenografía, aulas de enseñanza, y en general, espacio de creación teatral y producción. A principios de los 90, Studi Zero Teatre compró el edificio y ahora vamos a iniciar la rehabilitación del mismo. Hoy en Baleares somos dos las empresas cooperativas dedicadas al teatro y nuestra mayor preocupación consiste en la clarificación de un mercado de trabajo en el que todos y todas podamos competir en igualdad de oportunidades. |
Buscábamos constituirnos como grupo estable de trabajo, con una dinámica propia
Actualmente la cooperativa está constituida de forma paritaria por mujeres y varones (50% y 50%) |
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