Experiencias


HISTORIA DE UNA COOPERATIVISTA
Mª Carmen Martín
Socia-fundadora de Clínicas CES.S.Coop.Mad
En este relato, lleno de entusiasmo, la autora nos reflrja su historia personal y la de un exitoso proyecto cooperativo a finales de los años 70.

Ama de casa. Tres hijos pequeños de 4, 8 y 9 años. Muchas necesidades económicas y muchas inquietudes y ansias por hacer cosas. Participaba en asociaciones: de amas de casa; de padres, en el colegio de mis hijos, etc. También estudiaba en un centro de adultos por las noches. Corría el año 1979...  

Y un día surgió la oportunidad de trabajar en clínicas Prodencol, S.A., dedicadas a odontología. En esos momentos vi la posibilidad de incrementar los ingresos familiares además de sentirme activa laboralmente. El trabajo me gustó; hacía funciones de auxiliar administrativa y atendía la recepción, no era rutinario y me daba la posibilidad de conocer a mucha gente. Me sentía feliz.  

La sorpresa llegó cuando, Fernando Villa Landa, hasta entonces el dueño, nos propuso transformar la sociedad en cooperativa de trabajo asociado, a todos los que trabajábamos allí, sin excluir a nadie. En esos momentos éramos unas 27 personas y... ¡llegó la revolución!. ¿Qué significaba eso de ser cooperativa?, nos preguntábamos. Pues yo, en particular, sólo sabía de alguna agraria. Significaba que todos y todas íbamos a ser los dueños de la empresa y además, autogestionarla. Yo seguía sin entender cómo era posible que un señor, de pronto, nos ofreciera la empresa, así sin más. Pues sí, enseguida entendí perfectamente el porqué. Era un idealista, además de un gran hombre.  

A partir de aquí, todo eran preguntas que, poco a poco y entre todos, íbamos aclarando. Así se fue gestando la cooperativa:  
- Nos dieron una liquidación en función del tiempo que llevábamos en dicha sociedad. A mí, en particular, me dieron 24.000 ptas. que fueron las mismas que puse como capital social, pues ése era el capital obligatorio. A otros compañeros y compañeras les dieron algo más y lo pusieron como capital voluntario. 
- Segunda sorpresa: llegó la primera Asamblea General, en la que se constituye la cooperativa. Como es lógico, teníamos que nombrar un Consejo Rector y unos interventores. Salí como suplente, y poco tiempo después entré como titular por las bajas que se dieron; no todas las personas estaban dispuestas a dedicar tiempo y a asumir las responsabilidades de gestión de la empresa.  

En este momento puedo decir, que empezó mi recorrido en la cooperativa y en el movimiento cooperativo en general, durante casi 20 años. Corría el mes de noviembre de 1.980.   

Me encontraba junto con mis compañeros/as con una empresa que gestionar. Sin ningún conocimiento para ello, con mucha responsabilidad y sin referentes cooperativos; además de un montón de preguntas que llegaban a mi mente, lo que me hacía reflexionar constantemente.  

Teníamos tres clínicas, buenos profesionales en odontología, prótesis, higienistas y además, una buena cartera de clientes, por lo que en este aspecto, no teníamos mucha preocupación. Pero éramos conscientes de la necesidad de adquirir conocimientos de gestión empresarial y cooperativa y para ello, emprendimos una serie de cursos que realizábamos en Fuentevaqueros (Granada), junto con otras cooperativas andaluzas. Aquí, en Madrid, no existían centros de formación cooperativa, pues en 1.980, el cooperativismo de trabajo asociado era casi desconocido, y sin embargo, en Andalucía, era muy activo.  

Cargados/as de ilusión y con ansias de aprender, recorríamos los kilómetros los viernes por la noche para llegar puntuales los sábados por la mañana al curso, volviendo el domingo por la noche a Madrid. Explicar cómo se desarrollaban estos cursos me resulta difícil porque al agrupar todos los recuerdos, daría espacio para rellenar unas cuantas páginas. Sí os diré que las discusiones y puestas en común entre tantos cooperativistas, de manera de ser y sentir tan diferentes, iban entrando en mi mente con fuerza, lo que ha hecho que sienta el cooperativismo de una forma especial. 

Fui descubriendo las posibilidades que me ofrecía la cooperativa:  

a.- Desde una perspectiva profesional, fui adquiriendo conocimientos de gestión y, dadas las necesidades que me iban surgiendo, realicé cursos de contabilidad, control en la gestión económico-financiera, Recursos Humanos, producción, marketing, etc. Dichas necesidades me las imponía yo misma. Tenía que saber analizar el presente y las líneas de futuro de la empresa, para así poder tomar las decisiones correspondientes en cada caso.  

b.- Por otro lado, la ilusión me iba animando a participar en el cooperativismo y en 1.985 colaboré en la creación de la Unión de Cooperativas Madrileñas de Trabajo Asociado (U.C.M.T.A.), junto con mis compañeros/as de CES. Comentar sobre esta participación me llevaría también mucho tiempo y además debería de nombrar a tantas personas, que llegaron a ser mis referentes y mis maestros, que no acabaría nunca, no por ello dejo de tenerles en mi recuerdo.  

Así ha ido pasando el tiempo y cada vez me he ido involucrando más y más en la cooperativa. Seguí siendo elegida para el Consejo Rector, ya como vicepresidenta durante muchos años, y cuando se jubiló mi antecesor, Fernando Villa, pasé a ser presidenta de la misma, continuando en la actualidad.  

Entre 1.985 y 1.990 la cooperativa creció vertiginosamente. Se abrieron dos clínicas más además de un laboratorio y creamos, junto con otras cooperativas, una de 2º grado. Aumentó el número de socios/as trabajadores/as, por lo que tuvimos que hacer grandes inversiones en formación para todo el mundo. Realizamos el organigrama de lo que queríamos como empresa y se crearon las áreas de Recursos Humanos, Económico-Financiero, Producción y Marketing. Emprendimos el trabajo de conformar una determinada imagen de calidad, con un estilo de atención seguro, de confianza y de permanencia, muy importante en un sector como el dental caracterizado por todo lo contrario en esos momentos. Esto se consiguió y se reforzó a nivel interno con acciones de trabajo en equipo que redundaban en una buena atención a nuestros clientes. 

Y, de forma paralela, durante el mismo periodo participamos en la creación de la Confederación de Cooperativas Españolas de Trabajo Asociado (COCETA), lo que nos ha permitido entroncar con el movimiento cooperativo internacional a través de la UCMTA.  

Mi participación ha continuado distribuyéndose en todas estas direcciones y, en 1.990, junto con un grupo de mujeres de distintas cooperativas, inquietas por participar más allá de la norma, creamos la Asociación de Mujeres Empresarias de Cooperativas. (AMECOOP.), la cual presido desde sus inicios.  

Con esta brevísima historia, lo que pretendo es transmitir a las mujeres de las cooperativas que, aprovechando el modelo y el entorno cooperativo, se pueden llegar a conseguir los objetivos que nos propongamos y poder ocupar el espacio que nos corresponde en la sociedad. No es tanto lo que sepas, sino lo que hagas, cómo lo hagas y la ilusión que pongas en ello.  

 El camino se hace al andar y utilizando una frase de Elaine Maxwell: "Mi voluntad conformará mi futuro. Soy la Fuerza; puedo despejar cualquier obstáculo ante mí o perderme en el laberinto. Yo decido; Yo soy responsable; gane o pierda, sólo yo guardo la llave de mi destino."


       

 

 

 

 

 


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