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Menos del 38% de las personas con cargos directivos en las cooperativas son mujeres.
El proyecto Carme, de la iniciativa Now, pretende facilitar y apoyar el acceso de la mujer a puestos de dirección en el ámbito cooperativo. En este contexto, la Universitat de València, a través de la Escola Universitària d’Estudis Empresarials, ha llevado a cabo una investigación sobre la situación actual de la mujer en las cooperativas asociadas a
FVECTA. El estudio está basado en los resultados obtenidos en una encuesta realizada a 125 empresas (26% del total de afiliadas) dedicadas a diversos sectores de actividad acerca de una gran diversidad de temas relacionados con la gestión de los recursos humanos en las cooperativas y en la que se hacía especial hincapié en la perspectiva de género.
Algunas de las conclusiones a las que llega el citado estudio demuestran que sólo un 37’7% de las personas con cargos directivos en las cooperativas son mujeres. En cuanto a la composición de los distintos órganos de gestión y administración de las cooperativas evaluadas, se ha comprobado que sólo un 35’51% de los componentes de los comités de dirección y un 27’47% de los miembros de los Consejos Rectores de las cooperativas son mujeres. Las cifras son más desalentadoras en cuanto a la composición de los comités sociales, ya que en este caso sólo un 18’75% de sus integrantes son mujeres. Sectores “femeninos” Al analizar el peso real que las mujeres tienen en las cooperativas, se comprobó que, en efecto, es considerablemente menor al de los hombres ya que, aunque existe un 61’6% de trabajadoras-no socias frente a un 42’7% de trabajadores-no socios, cambia bastante cuando se atiende a la vertiente societaria, ya que de los socios, el 56’3% son hombres y sólo el 38’4% son mujeres, por lo que el peso total de éstas en las empresas es de un 35’7% frente al 64’3% de los hombres. De todos modos, según consta en el estudio, se ha de tener en cuenta que existen sectores en los que las mujeres tienen tradicionalmente más peso como en el de la educación, los servicios sociales y los servicios a empresas, y un peso ligeramente superior en sectores como el calzado y el comercio y, por tanto, también existen más mujeres directivas en estos campos. Sin embargo, en el caso de la educación, y atendiendo a la gran presencia de la mujer, el porcentaje de directivas debería ser mayor. Con respecto a sectores como el calzado/cuero o el de servicios a empresas las mujeres tienen poco mando en relación a su más alta presencia en comparación a los hombres. En definitiva, el estudio deja claro que la mujer no lo tiene especialmente fácil por ser escasos los cauces existentes dentro de las empresas para promocionarla hacia puestos superiores. Tan sólo un 52’85% de las cooperativas posee un sistema objetivo de promoción dentro de la propia empresa. Del mismo modo, escasamente en un 5’7% de las cooperativas (normalmente con más de 11 socios) se llevan a cabo acciones de promoción para la mujer, normalmente, consistentes en charlas informativas, cursos de formación o ayudas sociales. ¿Directivos Vs. Directivas?
En principio, según el estudio de la Escola Universitària d’Estudis Empresarials, no hay ninguna faceta o área de actividad específicamente femenino, si bien aclara que las mujeres tienden a ubicarse en departamentos de administración con un 28’04%, mientras que los hombres lo hacen en un 41’43% en gerencia, donde las mujeres están representadas bastante por debajo con un 14’63%. Según los resultados que arroja la investigación, continúa habiendo más hombres que mujeres en puestos directivos de cooperativas, mientras que la mujer tiene más peso en sectores considerados tradicionalmente como femeninos.
En cuanto a si las personas que desempeñan alguna responsabilidad directiva son o no diferentes por el hecho de ser hombres o mujeres, se puede decir que, al menos, sí existe una percepción diferente. Por ejemplo, lo que según los encuestados caracteriza a las mujeres directivas son aspectos como: el sobreesfuerzo que realizan al tener que combinar el trabajo fuera y dentro de casa, por lo que se dice de ella que sabe trabajar bajo presión; la calidez en el trato; su capacidad de difundir información y su implicación en el trabajo. Afloran, pues, cualidades más relacionadas con sus cualidades personales.
Los hombres, por el contrario, son valorados por otros aspectos por ser eficaces, gestionar mejor su tiempo, no ser incómodos para sus superiores, realizar gran cantidad de trabajo y tener capacidad de análisis.
Diferencias retributivas
Ante la pregunta de si existen o no diferencias retributivas entre hombres y mujeres en el seno de la cooperativa, un 96’8% de los encuestados opina que no frente a un 1’6% que sí y otro 1’6% que no se pronuncia al respecto. La totalidad de los que reconocen diferencias salariales piensan que los hombres cobran un 40% más que las mujeres para un mismo trabajo. Un dato curioso es el hecho de que ese pequeño porcentaje de personas que reconoce la existencia de diferencias retributivas lo forman hombres cuyas cooperativas se ubican en el sector de las artes gráficas y los transportes.
Propuestas
Además de constatar, a través de las cifras, la situación de la mujer en las cooperativas, el estudio ofrece una serie de recomendaciones que éstas deberían cumplir para intentar corregir la discriminación de las mujeres a la hora de su promoción interna en las cooperativas.
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Sólo un 37,7% de las personas con cargos directivos en las cooperativas son mujeres
Hay que favorecer de manera activa la incorporación de las mujeres al mundo del trabajo
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