
nº 4 · 2002
Much@s de l@s niñ@s que solicitan una plaza quedan fuera principalmente porque la oferta está muy por debajo de la demanda
Creo en la escuela pública y deseo que esa necesidad de mi hij@ se realice en un centro que pertenezca a ella ¿Cómo lo hago?
El aumento de número de plazas, sería la solución a muchos de los interrogantes arriba expuestos
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Tengo un hij@ entre los 0 y los 3 años
Toña Galván Roman, socia de AMECOOP y educadora infantil en una Casa de niñ@s.
La autora, socia de AMECOOP y educadora infantil, nos acerca en este artículo, desde la experiencia que da trabajar en ese ámbito, la complejidad que entraña hoy en día para las mujeres tratar de compaginar la vida laboral y familiar. A través de un ejercicio crítico muy necesario refleja las múltiples situaciones que enfrentan las familias que necesitan atención para sus hijos e hijas y que por una u otra razón quedan fuera del “baremo”.
La Comunidad de Madrid tiene dos tipos de Centros para escolarizar a niñ@s entre los 0 y los 3 años. Son dos opciones cuya diferencia radica en el tiempo de permanencia de l@s niñ@s en el centro y el trabajo que se lleva a cabo con las familias. Estos centros reciben el nombre de Escuelas Infantiles y Escuelas Infantiles-Casas de Niños, respectivamente. En los primeros, el horario de atención a l@s niñ@s es de 9:00 a !6:00, apróximadamente, con un servicio de horario ampliado por la mañana y por la tarde, así como un servicio de comedor; los segundos, tienen un horario de permanencia de l@s niñ@s en el centro de 9:00 a 13:00 exclusivamente y un trabajo específico con familias (madres, padres y niñ@s) de 3 horas semanales.
En ambos casos la manera de acceder a una plaza se produce de la misma forma: la entrega en el centro de una solicitud cumplimentada y acompañada de todos los documentos necesarios que justifican la situación de la familia, durante el plazo establecido para ello. Este plazo se abre en el mes de abril; durante mayo y junio salen las listas provisionales, las definitivas y se realizan las matriculaciones de l@s niñ@s admitid@s.
Hasta aquí todo el proceso parece sencillo y sin complicaciones, pero la realidad es otra.
Much@s de l@s niñ@s que solicitan una plaza quedan fuera principalmente porque la oferta está muy por debajo de la demanda; esto obliga a la utilización de un baremo (decidido por personas, no por un ente sin cara ni cuerpo) establecido desde la Comunidad de Madrid y que no contempla realidades que existen pero que no se ven.
En este baremo la situación económica de las familias tiene un gran peso, de tal manera que a menos ingresos familiares más puntos. La Red de Escuelas Infantiles Públicas tiene, entre otros, un carácter compensador de desigualdades sociales que se refleja en el baremo pero que crea en las familias cuyos ingresos son medios la sensación de que su hij@ no obtiene una plaza no porque la oferta sea insuficiente, sino porque siempre acceden l@s mism@s, es decir: las personas con más dificultades económicas, muchas veces extranjer@s, población gitana,...
La justificación de los ingresos se realiza a través de la declaración de la renta y de una nómina actualizada. Parece normal la presentación de estos papeles, pero la realidad no es siempre “normal”. ¿Cómo justificar el dinero que ganas si no hay contrato, ni nóminas, ni declaración jurada, ni, a veces, conocimiento de la administración de tu existencia?. Esto puede llevar a pensar que si las puntuaciones son mayores para l@s que tienen menos ingresos, no poder justificarlos te beneficia porque es como tener cero euros para vivir, pero no, porque se traduce en cero puntos, al no presentar ningún papel, con lo que tu hij@ se queda fuera.
La madre y el padre trabajando a jornada completa da dos puntos. ¿Qué hacemos, entonces, si no trabajamos pero queremos hacerlo, o lo hacemos pero queremos mejorar nuestras condiciones, y necesitamos que nuestr@ hij@ este en un lugar apropiado para el/ella? ¿Qué hago si no voy a conseguir una puntuación alta en este apartado por no decir ninguna?. Este apartado crea más de un conflicto en las Casas de Niños ya que el tiempo de permanencia en el centro es de 4 horas, ¿quién y dónde se queda mi hij@ después de salir si aún me quedan 4 horas de trabajo?, ¿de dónde saco el dinero para pagar a alguien que esté con mi hij@ ese tiempo hasta que yo regrese?. Es importante recordar que en muchos casos la madre se ve obligada a “echar unas horas” o tener un trabajo a media jornada para cubrir ese espacio de tiempo que no cubren los servicios públicos.
El “dichoso” baremo recoge otra serie de situaciones no económicas que puntúan: ser familia numerosa, tener hermanos en el centro, padecer algún tipo de minusvalía, estar en situación de acogida o adopción,...Estos puntos no suelen plantear problemas ya que resulta relativamente fácil justificarlos.
Antes de terminar quisiera comentar algunas pequeñas cosas que creo que podrían reflejar necesidades que existen, están ahí, pero que el baremo no nombra:
– No trabajo pero estudio en un centro no oficial, ¿cómo justifico eso si lo que se puntúa es un centro oficial?.
– Estudio, esta vez en un centro oficial, pero no todo el horario porque sólo he cogido algunas asignaturas, ¿me puntúa?.
– Quisiera que mi hij@ se relacionara con otr@s niñ@s en un espacio y un tiempo educativo. Es una necesidad suya, para él/ella, pero no cumplo ningún requisito: no trabajo, tengo ingresos familiares medios, tampoco estudio. Además creo en la escuela pública y deseo que esa necesidad de mi hij@ se realice en un centro que pertenezca a ella ¿cómo lo hago?
– No trabajo y tengo un@ hij@ de 2 años; quisiera un tiempo para mí, para ir y venir, para salir, para hacer algunas cosas que me gustan y con mi hij@ no puedo realizarlas. ¿Tengo derecho a solicitar una plaza en un lugar público?, ¿mi situación familiar puntúa de alguna manera?.
– En algunos casos, el padre aparece en el Libro de Familia, pero no está en la vida del niñ@, ni física ni monetariamente; no contribuye al bienestar de su hij@; no le baña, no le duerme, no le besa; no paga la luz que le alumbra en la noche, ni los pañales que evitan que se manche, ni la comida que le alimenta. A cambio “fastidia”, porque para que su hij@ tenga la posibilidad de una plaza en un centro público hay que justificar su situación económica, puesto que aparece en el Libro, y ¿cómo justificar los ingresos de alguien que “no está” y del que nada se sabe?. Por favor, si no vas a “cuidar” a tu hij@ no lo reconozcas.
– “A mi niet@ l@ tengo yo, me ocupo de él/ella, pero no hay nada firmado por parte de su madre y su padre. No es una adopción ni una acogida, pero vive conmigo. Las razones de esto me las guardo para mí porque nadie tiene por qué saberlas. ¿Puedo solicitar una plaza para él/ella?; ¿tengo posibilidades de conseguir algún punto por esta situación?”.
– Mi madre está enferma y voy a cuidarla todos los días de 9:00 de la mañana a 15:00 de la tarde, ¿cuántos puntos tiene esto?.
Todo lo dicho a lo largo de todo el artículo son problemas y dificultades que afectan a familias pero, dentro de ellas, más a las mujeres que a los hombres. Todavía el cuidado y atención de l@s menores y personas enfermas recae en las mujeres y mientras esto sea así nosotras seguiremos dejando de trabajar, reduciendo la jornada, trabajando en precario o dejando de hacer aquellas cosas que nos gustan porque no “tenemos tiempo”. Una conciliación “real” de la vida familiar y laboral es algo urgente en la agenda de todas las personas que componen una familia.
El aumento de número de plazas, de centros públicos, sería la solución a muchos de los interrogantes arriba expuestos; ahora nos queda preguntarnos por qué no se produce ese aumento y, por supuesto, a quién beneficia que no se produzca.
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